Hace poco más de una semana que la NASA anunciaba la adjudicación de su contrato del siglo para desarrollar el Human Landing System (HLS) del programa Artemis. La sorpresa saltaba al conocer que SpaceX del polifacético Elon Musk era el único contratista para el HLS, por unos 2900 millones de dólares. Y esto no le ha hecho gracia al Jeff Bezos, que también optaba por este contrato con su National Team de Blue Origin, y que ya ha denunciado “injusticias” ante la GAO.
En este concurso han participado tres propuestas muy interesantes de tres grandes empresas: SpaceX, Blue Origin y Dynetics. El contrato de HLS prevé un lanzamiento y un aterrizaje lunar y la oferta de Elon Musk superó a la de Dynetics y también la de Bezos, quien se había asociado con Lockheed Martin, Northrop Grumman y Draper.
El primer enfado de Jeff Bezos se hizo visible cuando filtró a sus redactores del Washington Post, periódico del que es dueño, quién iba a ser el elegido por la NASA. Un artículo que salió publicado horas antes del anuncio oficial de la NASA. Y ahora, hemos conocido la denuncia que ha presentado la empresa Blue Origin ante la Government Accountability Office (GAO), expresando su disconformidad con la elección de la NASA.
“Una elección de alto riesgo”
Blue Origin explica en la protesta de la GAO que su National Team, ofertó 5.990 millones por el HLS, más del doble de la oferta de SpaceX. Sin embargo, argumenta que no se le dio la oportunidad de revisar esa oferta cuando la NASA concluyó que los fondos disponibles no le permitirían seleccionar dos postores, como se anticipó originalmente.
La NASA solicitó 3.300 millones para HLS en su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2021, pero sólo recibió 850 millones en un proyecto de ley de asignaciones general aprobado en diciembre de 2020. “La NASA ha ejecutado una adquisición defectuosa para el programa HLS y movió los postes de la portería en el último minuto. La NASA ha hecho una selección de alto riesgo”.
Blue Origin indica que “el fundamento de la selección de la NASA justifica indebidamente la selección de un único proveedor como resultado de la financiación futura anticipada para el programa HLS. La combinación de su oferta y la oferta de SpaceX, alrededor de 9.000 millones, es similar a lo que la NASA gastó en el programa de tripulación comercial, donde la NASA otorgó dos premios con menos fondos disponibles y menos certeza de fondos durante el año. Blue Origin se vio claramente perjudicado por el hecho de que la NASA no comunicó este cambio en los requisitos, podríamos haber tomado decisiones para revisar su enfoque propuesto y reducir el precio”.
En su reclamación ante la GAO, Blue Origin argumenta que, al seleccionar SpaceX, la NASA está poniendo en peligro la industria espacial comercial en general. Y es que, según Blue Origin, “la Starship de SpaceX es incompatible con otros vehículos de lanzamiento comerciales de EEUU, lo que restringe aún más las alternativas de la NASA y afianza el control monopolístico de SpaceX sobre la exploración del espacio profundo de la Agencia”.