El nuevo cohete de la compañía Blue Origin ya está en la plataforma de lanzamiento listo para su estreno inminente. New Glenn es el cohete que la empresa planea utilizar para colocar cargas tripuladas y no tripuladas en la órbita terrestre y más allá.
Al igual que el Falcon 9 de SpaceX, New Glenn es un cohete de dos etapas con una primera etapa reutilizable que aterrizará verticalmente después de la separación de las etapas.
La primera etapa está propulsada por siete motores BE-4 (que utilizan oxígeno líquido y metano como combustible), mientras que la segunda etapa utiliza dos motores BE-3U más pequeños (que funcionan con oxígeno líquido e hidrógeno). Si todo sale como está previsto, New Glenn podrá colocar una carga útil de 45.360 kilogramos en órbita terrestre y una carga útil de 6.800 kilogramos en una trayectoria hacia la Luna.
New Glenn vs Falcon 9
New Glenn es similar a su principal competidor, Falcon 9, con algunas diferencias. Al igual que Falcon 9, la primera etapa de New Glenn contiene motores que se pueden volver a encender durante el descenso para permitir un aterrizaje suave, y el cohete tiene seis patas de aterrizaje extensibles que se despliegan justo antes del aterrizaje (la primera etapa de Falcon 9 tiene cuatro patas).
Blue Origin también planea que New Glenn aterrice en una plataforma móvil en el mar. La actual plataforma de aterrizaje de New Glenn, Jacklyn, mide unos 115 metros, más grande que las plataformas utilizadas por SpaceX.
La primera etapa del New Glenn, a diferencia del Falcon 9, está equipada con cuatro superficies de control aerodinámicas móviles llamadas aletas, que permiten ajustar la actitud durante el descenso y el aterrizaje de la primera etapa.
New Glenn ha experimentado un lento proceso de desarrollo y fabricación que ha provocado retrasos significativos. Estos retrasos han impedido hasta ahora que su primer vuelo se convierta en realidad. Durante los últimos cinco años, Blue Origin ha anunciado que New Glenn realizaría su primera misión ese año, pero todas estas fechas han llegado y han pasado sin que se haya producido ningún lanzamiento.
La realidad es que diseñar, construir, probar y lanzar un nuevo cohete capaz de alcanzar la órbita no es una tarea fácil. Retrasos como los que está experimentando Blue Origin son comunes en la historia de los vuelos espaciales.