La Agencia Espacial Europea (ESA) ha seleccionado a la empresa española Emxys para liderar el desarrollo de un CubeSat que será desplegado por su Misión Rápida Apophis para la Seguridad Espacial (Ramses, por sus siglas en inglés) en el asteroide Apophis. El proyecto ha recibido 1,5 millones de euros a los preparativos de la misión de Ramses en julio de 2024.
El 13 de abril de 2029, el asteroide Apophis, de 375 m, sobrevolará la Tierra de forma segura, pero excepcionalmente cercana. La ESA está preparando la misión Ramses, que, si recibe el pleno apoyo de la reunión del Consejo Ministerial de la Agencia en noviembre de este año, se lanzará en 2028, se encontrará con el asteroide y lo acompañará durante el sobrevuelo.
Dos CubeSats aterrizarán en Apophis
Ramses utilizará un conjunto de instrumentos científicos en la nave espacial principal y dos CubeSats más pequeños que se desplegarán en Apophis para realizar un estudio exhaustivo antes y después de la forma del asteroide, la estructura de la superficie, la cohesión, la órbita, la rotación y más.
La gravedad terrestre inducirá fuerzas de marea en el asteroide que probablemente alterarán algunas de estas propiedades durante el sobrevuelo. Al analizar estos cambios, Ramses ayudará a los científicos a comprender mejor cómo responde un asteroide a las fuerzas externas. Este conocimiento es importante para evaluar la mejor manera de desviar un asteroide peligroso si descubrimos uno en trayectoria de colisión con la Tierra en el futuro.
El primer CubeSat de Ramses realizará sondeos de radar para aprender más sobre la estructura interior de Apophis y analizar su entorno de polvo circundante.
El segundo CubeSat, liderado por Emxys, se desplegará desde la nave espacial principal a pocos kilómetros de Apophis. Estudiará la forma y las propiedades geológicas del asteroide y realizará una maniobra de aproximación autónoma antes de intentar aterrizar en su superficie. Si el aterrizaje es exitoso, también medirá la actividad sísmica del asteroide.
Los CubeSats de Ramsés intentarán realizar actividades de mayor riesgo y alta rentabilidad que la nave principal no puede, como un aterrizaje. De esta manera, nos ayudarán a maximizar el rendimiento científico de la misión, lo cual es crucial, ya que se cree que un asteroide de este tamaño pasa tan cerca de la Tierra solo una vez cada pocos miles de años.