La sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha identificado la fuente de los electrones expulsados por el Sol, lo que tiene implicaciones para la predicción del clima espacial.
La misión ha logrado dividir el flujo de partículas lanzadas al espacio desde el Sol en dos grupos: uno relacionado con intensas erupciones solares y el otro con eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés). Los hallazgos son cruciales para comprender el clima espacial. Una CME, que suele contener partículas de alta energía, puede ser muy dañina para las naves espaciales. Por lo tanto, distinguir entre ambos tipos de eventos lo más rápido posible es crucial para un pronóstico preciso.
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que ocurren estos dos tipos de eventos de electrones energéticos solares (SEE, por sus siglas en inglés), pero los datos recopilados mediante observaciones cercanas del Sol por la sonda les han permitido determinar con precisión cómo se forman y abandonan la superficie de la estrella.
“Vemos una clara división entre los eventos de partículas ‘impulsivos’, donde estos electrones energéticos se alejan de la superficie del Sol en ráfagas a través de erupciones solares, y los ‘graduales’ asociados con CME más extendidas, que liberan una oleada más amplia de partículas durante períodos de tiempo más largos”, dice el autor principal Alexander Warmuth del Instituto Leibniz de Astrofísica de Potsdam (AIP), Alemania.
El estudio más completo de la historia
El estudio es el más completo de eventos SEE hasta la fecha y produce un catálogo que seguirá creciendo durante la vida útil de Solar Orbiter. Se utilizaron ocho de los diez instrumentos de Solar Orbiter para observar más de 300 eventos entre noviembre de 2020 y diciembre de 2022.
“Es la primera vez que vemos claramente esta conexión entre los electrones energéticos en el espacio y sus eventos fuente que tienen lugar en el Sol”, añade el coautor Frederic Schuller, también de AIP.
Medimos las partículas in situ (es decir, Solar Orbiter voló a través de las corrientes de electrones) utilizando el Detector de Partículas Energéticas de la sonda, a la vez que empleamos más instrumentos de la nave espacial para observar lo que sucedía en el Sol. También recopilamos información sobre el entorno espacial entre el Sol y la nave espacial.
Manteniendo la Tierra segura
Este hallazgo es crucial para nuestra comprensión del clima espacial , donde la precisión de los pronósticos es esencial para mantener nuestras naves espaciales operativas y seguras. Uno de los dos tipos de eventos de EEE es más importante para el clima espacial: el relacionado con las CME, que tienden a contener partículas de alta energía y, por lo tanto, amenazan con causar daños mucho mayores. Por ello, distinguir entre los dos tipos de electrones energéticos es fundamental para nuestros pronósticos.
“Conocimientos como este, obtenidos por Solar Orbiter, ayudarán a proteger otras naves espaciales en el futuro, permitiéndonos comprender mejor las partículas energéticas del Sol que amenazan a nuestros astronautas y satélites”, añade Daniel. “Esta investigación es un excelente ejemplo del poder de la colaboración; solo fue posible gracias a la experiencia combinada y al trabajo en equipo de científicos europeos, equipos de instrumentos de todos los Estados miembros de la ESA y colegas de Estados Unidos”.