Rusia se retirará de la Estación Espacial Internacional en 2024 y se concentrará en construir su propia estación en órbita, según ha afirmado el nuevo jefe espacial del país, Yuri Borisov, designado este mes para dirigir la agencia espacial estatal, Roscosmos.
La declaración de Borisov reafirmó declaraciones previas de funcionarios espaciales rusos sobre la intención de Moscú de abandonar la estación espacial después de 2024, cuando finalicen los arreglos internacionales actuales para su funcionamiento.
La NASA y otros socios internacionales esperan mantener la estación espacial en funcionamiento hasta 2030, mientras que los rusos se han mostrado reacios a hacer compromisos más allá de 2024.
La estación espacial está dirigida conjuntamente por las agencias espaciales de Rusia, Estados Unidos, Europa, Japón y Canadá. La primera pieza se puso en órbita en 1998 y el puesto de avanzada ha estado habitado continuamente durante casi 22 años. Se utiliza para realizar investigaciones científicas en gravedad cero y probar equipos para futuros viajes espaciales.
Acercamiento con EEUU
El predecesor de Borisov, Dmitry Rogozin, dijo el mes pasado que Moscú podría participar en las negociaciones sobre una posible extensión de las operaciones de la estación solo si Estados Unidos levantaba las sanciones contra las industrias espaciales rusas.
Ahora que la compañía SpaceX transporta astronautas de la NASA hacia y desde la estación espacial, la Agencia Espacial Rusa perdió una importante fuente de ingresos. Durante años, la NASA había estado pagando decenas de millones de dólares por asiento para viajes desde y hacia la estación a bordo de cohetes rusos.
A pesar de las tensiones sobre Ucrania, la NASA y Roscosmos llegaron a un acuerdo a principios de este mes para que los astronautas continúen viajando en cohetes rusos y para que los cosmonautas rusos tomen ascensores a la estación espacial con SpaceX a partir de este otoño. Pero los vuelos no implicarán intercambio de dinero.
El acuerdo asegura que la estación espacial siempre tendrá al menos un estadounidense y un ruso a bordo para que ambos lados del puesto avanzado funcionen sin problemas, según la NASA y funcionarios rusos.