El Consejo Europeo de Innovación (EIC) ha destinado 2,5 millones de euros al consorcio E.T.PACK-Fly para para desarrollar un equipo de desorbitado de basura espacial usando una amarra espacial. Esta institución está coordinada por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y compuesto por la Universidad de Padua, la Universidad Técnica de Dresde (TU Dresden), al empresa española SENER Aeroespacial y la startup alemana Rocket Factory Augsburg (RFA).
Debido al alto coste que supone, la mayor parte de los satélites no son retirados una vez finalizada su misión. Este hecho, junto con explosiones espontáneas en órbitas consecuencia del duro entorno espacial, ha generado que multitud de residuos se acumulen en la órbita terrestre en forma de basura espacial. Representan un gran peligro ya que, cuando se produce una colisión entre dos objetos en órbita, se genera una nube de metralla muy peligrosa para el resto de satélites operativos.
El Consejo Europeo de Innovación (EIC), a través de su programa EIC Transición, ha financiado el proyecto E. T. PACK-Fly. Con una duración de dos años y medio, el proyecto comenzará en septiembre de 2022 y su objetivo es preparar un equipo de desorbitado que será puesto en órbita en 2025. RFA y SENER Aeroespacial ya han firmado el acuerdo de lanzamiento. El proyecto E.T.PACK-Fly es la continuación del proyecto E.T.PACK, también financiado por el EIC que ha permitido desarrollar un primer prototipo del equipo de desorbitado.
Sobre la tecnología
E. T. PACK-Fly pretende solucionar este problema desarrollando un equipo capaz de desorbitar, es decir, disminuir la altura de la órbita del residuo espacial hasta provocar su eliminación en la reentrada en la atmósfera. A diferencia de los sistemas de propulsión convencionales, el equipo utiliza una tecnología disruptiva, conocida como amarra espacial electrodinámica, que no necesita propulsante.
Esta amarra electrodinámica es una cinta de aluminio muy fina (de unos dos centímetros de ancho y un par de kilómetros de longitud), que funciona utilizando el plasma que existe alrededor de la Tierra y el campo geomagnético para generar una corriente eléctrica. Debido a un efecto electrodinámico, da lugar a una fuerza conocida como frenado de Lorentz. Dicha fuerza es la que desorbita el satélite hasta forzar su reentrada en la atmósfera terrestre y su eliminación por el calor que genera este proceso. La amarra es la parte fundamental del equipo de desorbitado que, al no necesitar combustible, es de tamaño reducido. También está preparado para estabilizar la orientación del satélite que desorbita, y controlar la maniobra de desorbitado para evitar eventuales colisiones con otros objetos.
“Estamos muy agradecidos al EIC por la confianza que ha puesto en nosotros y su compromiso por el desarrollo de tecnologías que permitan hacer un uso sostenible del entorno espacial”, comenta Gonzalo Sánchez Arriaga, profesor e investigador de la UC3M y coordinador de los proyectos E. T. PACK y E. T. PACK-Fly. “Es importante invertir en tecnologías disruptivas que puedan combatir la proliferación de basura espacial al tiempo que generan riqueza y nuevas oportunidades de negocio”, finaliza.