Europa ha decidido en el Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA) salvar la misión ExoMars, que pondrá al primer rover europeo en Marte, con una gran inversión. Este rover ya tendría que estar de camino a Marte si no fuese por el conflicto de Rusia, que ha afectado mucho al programa espacial europeo, que tenía grandes colaboraciones con la agencia espacial rusa.
Unas de las grandes cuestiones estaba sobre la mesa al comenzar este consejo de la ESA. Y es que, según el director de la ESA, Josef Aschbacher, “había que pensar en dejar al rover en un museo o ponerlo en Marte. Al final, hemos decidido ponerlo en Marte”. El rover Rosalind Franklin ahora se lanzará en 2028, después de asegurar una inversión de 360 millones de euros de los países europeos.
El dinero permitirá que la ESA comience a diseñar una nueva plataforma de aterrizaje destinada a bajar su primer vehículo marciano a la superficie del planeta. El trabajo es necesario después de que la ESA rompiera los lazos con su antiguo socio en la misión, tras la invasión rusa de Ucrania. Rusia estuvo a cargo del diseño y la construcción del tren de aterrizaje para el rover, así como del lanzamiento de la misión desde Kazajstán.
Lanzamiento en 2028
El último retraso hasta 2028 es el tercero en la historia de la misión. El ExoMars originalmente estaba destinado a lanzarse en 2018, pero los problemas técnicos arruinaron ese plan. La pandemia de COVID-19 retrasó un vuelo programado de 2020 a 2022, antes de que las relaciones con Rusia se deterioraran.
El rover lleva un taladro de dos metros que excavará en las profundidades de la superficie marciana para buscar evidencia preservada de vida antigua.
La ESA espera que la NASA ayude contribuyendo con el lanzador de la misión, su motor de frenado, para usar durante el aterrizaje, y sus unidades de calentamiento de radioisótopos, este último es necesario para que Rosalind Franklin sobreviva a las duras noches marcianas.