Esta es una imagen del Sol durante un eclipse solar artificial. Sobre un fondo negro, el cuerpo brillante del Sol está cubierto por un disco negro, del cual se extienden zarcillos verdes claros, similares a pelos, en todas direcciones. Una luz verde más brillante se asoma por detrás del borde del disco negro, desvaneciéndose lentamente hacia los bordes exteriores de la imagen.Foto: ESA/Proba-3/ASPIICS/WOW

La misión Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha revelado sus primeras imágenes de la atmósfera exterior del Sol: la corona solar. Los dos satélites de la misión, capaces de volar como una sola nave espacial gracias a un conjunto de tecnologías de posicionamiento a bordo, han logrado crear su primer eclipse solar total artificial en órbita.

Las dos naves utilizan su tiempo de vuelo en formación para crear eclipses solares totales artificiales en órbita: se alinean con el Sol de manera que el disco de 1.4 m de diámetro transportado por el satélite Ocultador cubre el disco brillante del Sol para el Coronógrafo, proyectando una sombra de 8 cm sobre su instrumento óptico, ASPIICS. Mientras están alineadas, ambas mantienen su posición relativa con una precisión de hasta un milímetro, una hazaña extraordinaria posible gracias a un conjunto de tecnologías innovadoras de navegación y posicionamiento.

Aprendiendo más sobre el Sol

Observar la corona es crucial para revelar el viento solar, el flujo continuo de materia desde el Sol hacia el espacio exterior. También es necesario para comprender el funcionamiento de las eyecciones de masa coronal (CMEs), explosiones de partículas enviadas por el Sol casi todos los días, especialmente durante períodos de alta actividad.

Tales eventos pueden crear impresionantes auroras en el cielo nocturno, pero también representan una seria amenaza para la tecnología moderna. Pueden afectar considerablemente las comunicaciones, la transmisión de energía y los sistemas de navegación en la Tierra, como sucedió en mayo de 2024.

La ardiente corona del Sol alcanza temperaturas superiores a un millón de grados Celsius, mucho más calientes que la superficie inferior del Sol. Esta diferencia de temperatura contraintuitiva ha sido durante mucho tiempo un tema en la comunidad científica.

ASPIICS de Proba-3 aborda este misterio estudiando la corona muy cerca de la superficie del Sol. También puede ver más detalles, detectando características más débiles que los coronógrafos tradicionales al ser capaz de reducir de forma drástica la cantidad de luz ‘perdida’ que llega al detector.