Un grupo de astrónomos han descubierto un enorme filamento de gas caliente que conecta cuatro cúmulos de galaxias. Con una masa diez veces mayor que la nuestra, este filamento podría contener parte de la materia faltante del Universo, desvelando así un misterio que se ha prolongado durante décadas. Los astrónomos utilizaron los telescopios espaciales de rayos X XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Suzaku de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) para realizar el descubrimiento.
Más de un tercio de la materia visible que compone las estrellas, los planetas, las galaxias y la vida ha desaparecido. Aún no se ha visto, pero es necesaria para que los modelos del cosmos funcionen correctamente.
Dichos modelos sugieren que esta materia esquiva podría existir en largas cadenas de gas, o filamentos, que conectan las zonas más densas del espacio. Si bien se han detectado filamentos antes, es difícil distinguir sus propiedades; suelen ser tenues, lo que dificulta aislar su luz de la de galaxias, agujeros negros y otros objetos cercanos. Pero una nueva investigación ha encontrado y caracterizado con precisión un único filamento de gas caliente que se extiende entre cuatro cúmulos de galaxias en el Universo cercano.

El filamento está formado por gas intergaláctico caliente (mostrado en amarillo y negro moteado), un tipo de materia ordinaria que ha resultado realmente difícil de encontrar para los astrónomos.
“Por primera vez, nuestros resultados coinciden estrechamente con lo que observamos en nuestro modelo principal del cosmos, algo inédito”, afirma el investigador principal, Konstantinos Migkas, del Observatorio de Leiden (Países Bajos). “Parece que las simulaciones fueron correctas desde el principio”.
XMM-Newton
Con una temperatura de más de 10 millones de grados, el filamento contiene aproximadamente diez veces la masa de la Vía Láctea y conecta cuatro cúmulos de galaxias: dos en un extremo y dos en el otro. Todos forman parte del Supercúmulo Shapley, un conjunto de más de 8000 galaxias que forma una de las estructuras más masivas del universo cercano.
Los dos telescopios de rayos X resultaron ser la pareja ideal. Suzaku cartografió la tenue luz de rayos X del filamento en una amplia región del espacio, mientras que XMM-Newton localizó con gran precisión las fuentes contaminantes de rayos X que se encontraban dentro del filamento.
“Esta investigación es un gran ejemplo de colaboración entre telescopios y crea un nuevo punto de referencia para detectar la luz que proviene de los tenues filamentos de la red cósmica”, añade Norbert Schartel, científico del proyecto XMM-Newton de la ESA.
Construir una imagen precisa de la red cósmica es el objetivo de la misión Euclid de la ESA. La misión también profundiza en la naturaleza de la materia y la energía oscuras, ninguna de las cuales se ha observado jamás, a pesar de representar el 95% del Universo, y colabora con otros investigadores del Universo oscuro para resolver algunos de los misterios cósmicos más grandes y antiguos.