El sur de Europa se encuentra de nuevo bajo el calor extremo del verano. Las altas temperaturas y la sequedad extrema del suelo han alimentado incendios forestales generalizados, siendo la Península Ibérica una de las regiones más afectadas. Las llamas continúan arrasando paisajes resecos, como muestran estas imágenes.
Desde la órbita, los satélites de observación terrestre ofrecen una forma única de rastrear la propagación de los incendios y apoyar a los equipos de emergencia que combaten las llamas en tierra. Las imágenes que se muestran aquí revelan la magnitud de la crisis, con densas columnas de humo procedentes de varios incendios que se extienden por extensas zonas del noroeste de España y el norte de Portugal.
Para ayudar, se ha activado el Servicio de Cartografía de Emergencias Copernicus de la Unión Europea para varios de estos incendios, así como para los recientes en otras partes de Europa. Este servicio utiliza imágenes satelitales y otros datos geoespaciales para generar mapas gratuitos y de respuesta rápida ante desastres en todo el mundo: herramientas esenciales que ayudan a las organizaciones de emergencia a coordinar su respuesta, apoyar la recuperación y planificar riesgos futuros.
Si bien actualmente el servicio utiliza principalmente imágenes satelitales de muy alta resolución para responder a los incendios en España y Portugal, las misiones Sentinel-3 y Sentinel-2 de Copernicus brindan una visión más amplia, proporcionando un monitoreo consistente y a gran escala de la actividad de los incendios y su impacto en toda la región.

La primera imagen fue capturada por la misión Copernicus Sentinel-3 el 17 de agosto de 2025. Esta amplia vista de Francia, España y Portugal está dominada por el humo que se eleva desde los incendios en la parte norte de la Península Ibérica.
Se pueden observar densas columnas de humo que se desplazan hacia el norte y el este con los vientos predominantes, fusionándose con sistemas nubosos sobre el Atlántico y cubriendo amplias zonas del Golfo de Vizcaya. Parte de este humo en dirección norte también se está dispersando sobre la costa mediterránea española.
Incendios forestales como estos no sólo ponen en peligro vidas y devastan la vida silvestre, los hábitats, la agricultura y la propiedad, sino que también degradan gravemente la calidad del aire, lo que agrava su impacto en la salud humana.
El mapa a continuación abarca el sur de Europa, el norte de África, el Mediterráneo y el Mar Negro, mostrando los focos de incendios (arriba) y las concentraciones de monóxido de carbono atmosférico (abajo), también el 17 de agosto. Respirar aire contaminado con monóxido de carbono puede causar graves problemas de salud.
Si bien la prioridad inmediata en cualquier crisis de incendios forestales es extinguir las llamas y proteger a las comunidades, el desafío a largo plazo es que se espera que tales eventos se vuelvan más frecuentes e intensos a medida que la crisis climática se profundice.
El fuego se reconoce como una variable climática esencial, desempeñando un papel crucial en el sistema terrestre al influir en la composición atmosférica, los ciclos del carbono y los ecosistemas. Para comprender y monitorear mejor esta dinámica, la ESA aprovecha las observaciones satelitales a través de su Proyecto de Incendios de la Iniciativa sobre el Cambio Climático y su nuevo Proyecto XFires.