La misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA está a punto de lograr su primer e histórico paso cercano al Sol. El 14 de marzo, la nave espacial pasará por la órbita de Mercurio y el 26 de marzo alcanzará su máxima aproximación al Sol. Actualmente, la nave espacial está cruzando directamente entre la Tierra y el Sol y esto está permitiendo que los científicos logren unos estudios únicos del clima espacial y cómo afecta a la Tierra.
Solar Orbiter se encuentra actualmente a unos 75 millones de kilómetros del Sol. Esta es la misma distancia que alcanzó la nave espacial durante su paso cercano al Sol el 15 de junio de 2020, pero nada comparado con lo cerca que estará ahora. “A partir de este momento, estamos entrando en lo desconocido en lo que respecta a las observaciones del Sol de Solar Orbiter”, ha indicado el científico del proyecto Solar Orbiter, Daniel Müller.
El 26 de marzo, Solar Orbiter estará a menos de un tercio de la distancia entre el Sol y la Tierra, y está diseñado para sobrevivir así de cerca durante períodos de tiempo relativamente prolongados. Pasará del 14 de marzo al 6 de abril dentro de la órbita de Mercurio. Alrededor del perihelio, el nombre del acercamiento más cercano al Sol.
Junto con los datos e imágenes de los otros instrumentos de Solar Orbiter, estos podrían revelar más información sobre las bengalas en miniatura denominadas fogatas que la misión reveló en sus primeras imágenes. “Lo que más ansío es descubrir si todas estas características dinámicas que vemos pueden llegar al viento solar o no”, ha explicado la coinvestigadora principal de EUI, Louise Harra.
Para ello, Solar Orbiter utilizará sus instrumentos de detección remota, como EUI, para obtener imágenes del Sol, y sus instrumentos in situ para medir el viento solar a medida que pasa junto a la nave espacial.
Estudio del clima espacial
El Sol libera un flujo constante de partículas al espacio. Esto se conoce como viento solar. Lleva el campo magnético del Sol al espacio, donde puede interactuar con los planetas para crear auroras boreales e interrumpir la tecnología eléctrica. La actividad magnética en el Sol puede crear ráfagas de viento que mejoran estos efectos.
Para estudiar el fenómeno del clima espacial, los científicos combinarán las observaciones de Solar Orbiter con las de Hinode e IRIS y SOHO, estacionadas a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Esto les permitirá unir los puntos de cualquier evento meteorológico espacial a medida que cruza los 150 millones de kilómetros entre el Sol y la Tierra.