Jorge Nicolás-Álvarez es ingeniero aeroespacial y es uno de los miles de candidatos a ser astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA). Jorge es un muy buen divulgador científico y así lo demuestra en su canal de Youtube ‘Fuga Astronautica’. Él dice no tener una historia romántica con el espacio, pero qué tendrá el espacio que a tod@s nos acaba seduciendo de alguna manera.
Jorge ha dejado su traje de astronauta a un lado para atender a Fuera de Órbita en esta entrevista en la que nos cuenta su experiencia como candidato de la ESA y qué le llevó a ello. Además, nos da su opinión sobre el incipiente turismo espacial y la situación del sector espacial europeo y español.
¿Qué te llevó a postularte como astronauta de la ESA?
No tengo ninguna historia romántica con el espacio ni con el sueño de ser astronauta. Estudié ingeniería aeroespacial y la mayoría de los temas que se tocaban no tenían que ver con el espacio, sino con el transporte aéreo. El último año de carrera, cuando tenía que escoger asignaturas optativas y trabajo final de grado, la misión Rosetta de la ESA aterrizó con éxito sobre un cometa. Aquello me fascinó, me empecé a interesar por el espacio y decidí enfocar mi carrera profesional hacia la exploración espacial.
Una vez metido en el mundo del espacio no hay otra. Ser astronauta es lo más de lo más, la máxima experiencia. Yo sabía que la próxima selección estaba cerca porque se dan cada 10 o 15 años y tenía la ilusión de viajar a la Antártida en misión científica para tener experiencia en ambientes hostiles, un punto que se tiene muy en cuenta en el proceso de selección.
Aun así, cuando se publicó la convocatoria a principios de 2021 me pilló totalmente por sorpresa y me puse nervioso porque sin la experiencia en la Antártida no me sentía preparado. De todas maneras, tenía claro que no podía dejar pasar esta oportunidad, así que pedí hora para pasar el reconocimiento médico y empecé a preparar los papeles.
¿Cuál es el siguiente paso?
A finales de agosto la ESA emitió un comunicado pidiendo paciencia porque el número de solicitudes (más de 23.000) sobrepasó las previsiones más optimistas.
Terminada la fase de preselección, algo menos del 20% de los candidatos no cumplía los requisitos mínimos y ya fueron notificados. El 80% de solicitudes restantes siguen bajo revisión. Al no haber sido notificado entiendo que mi candidatura no ha sido descartada y sigue en el proceso.
El siguiente paso para los aspirantes que avanzan de fase es pasar un día en un centro europeo para hacer pruebas cognitivas, de personalidad, técnicas y de coordinación motora. Ya han empezado a llamar a las primeras personas, pero el proceso será progresivo y no terminará hasta finales de noviembre, fecha en la que todos los candidatos serán notificados con el resultado de la solicitud.
Si resultas seleccionado, ¿qué aportarías al nuevo equipo de astronautas?
La mayoría de los astronautas seleccionados en anteriores procesos tenían entre 30 y 40 años, así que una de las cosas que más destacaría es mi juventud. Tener 26 años es a la vez mi mayor desventaja, ya que tengo poco más de tres años de experiencia profesional que es el mínimo requerido.
Aparte de mi edad, lo que más se diferencia de mi perfil seguramente sean las habilidades de comunicación. La mayoría de los astronautas seleccionados son científicos de campo o militares. Aunque después se dediquen a tareas de comunicación y lo hagan genial, creo que es algo que han aprendido después. Yo, en cambio, ya entraría con una experiencia bastante decente en comunicación delante de la cámara y en escenarios.
¿Crees que España tiene buenos candidatos?
Sin duda, en España no tenemos nada que envidiar al resto de Europa. La formación en cualquier país es de excelente calidad, así que en ese sentido todos los candidatos tienen las mismas posibilidades independientemente de su nacionalidad.
Lo que sí hay que destacar es que el número de solicitudes por habitante en los países de habla francesa es superior al resto. Esto es debido a que el interés por la exploración espacial es más generalizado, quizá por el hecho de que Thomas Pesquet (actual astronauta francés) hace una labor de divulgación fantástica en su idioma que atrae a mucha gente. Seguramente por eso no será casualidad que la mayoría de los seleccionados sean de un país francófono.
¿Cómo valora el sector espacial europeo?
Parece que vamos a vivir una nueva carrera espacial por volver a la Luna y ser el primero en llegar a Marte. Esta vez, la batalla parece estar entre EE. UU. y China. Hay muy poca transparencia en cuanto a las actividades espaciales del país asiático y no sería raro que un día nos sorprendan con un aterrizaje tripulado en la Luna (dentro de 2-4 años) o en Marte (dentro de 15-25 años).
En medio de esta competencia, Europa ha decidido que sus misiones espaciales tendrán fines exclusivamente científicos y nunca políticos. Esto me parece una de las decisiones más inteligentes que se han podido tomar porque ahora la ESA se ha mostrado abierta a colaborar con cualquier agencia espacial, ya sea estadounidense, rusa o china. Esta estrategia traerá grandes beneficios a la industria aeroespacial europea y no descarto que lleve pronto a un astronauta de la ESA a volar a bordo de la nueva estación espacial china.
¿Cómo ves el estallido de los llamados viajes espaciales de gente no experimentada? Como Inspiration 4.
Siguiendo con el papel de Europa en el espacio, la ESA va a ser pionera al seleccionar por primera vez en la historia a una persona con discapacidad para su cuerpo de astronautas. Esto no es ningún capricho porque es indiscutible que para que la humanidad prevalezca en el tiempo tiene que salir al espacio, ya que la Tierra no será habitable eternamente. Por tanto, es el deber de la tecnología el poder permitir que cualquier persona, independientemente de sus capacidades físicas, pueda viajar al espacio.
Por este motivo veo con muy buenos ojos las misiones en las que se incluyen civiles, como Inspiration 4, o el turismo espacial suborbital (subir y bajar al espacio sin llegar a completar una vuelta a la Tierra) que proponen Blue Origin y Virgin Galactic. Hace poco más de 100 años pasó lo mismo con el transporte aéreo; al principio era un lujo solo alcanzable por los más ricos y actualmente la mayoría de personas se pueden permitir volar en avión. Pienso que en las próximas décadas veremos una evolución similar en los viajes espaciales.