This artist’s impression shows a close-up view of Proxima d, a planet candidate recently found orbiting the red dwarf star Proxima Centauri, the closest star to the Solar System. The planet is believed to be rocky and to have a mass about a quarter that of Earth. Two other planets known to orbit Proxima Centauri are visible in the image too: Proxima b, a planet with about the same mass as Earth that orbits the star every 11 days and is within the habitable zone, and candidate Proxima c, which is on a longer five-year orbit around the star.

Próxima Centauri es la estrella más cercana al Sol, situada a poco más de cuatro años luz de distancia con respecto al Sistema Solar. El exoplaneta recién descubierto, bautizado como Próxima d, orbita a unos cuatro millones de kilómetros de su estrella, es decir, menos de una décima parte de la distancia que separa Mercurio del Sol, y también es uno de los más pequeños conocidos hasta la fecha, ya que apenas tiene la cuarta parte de la masa de nuestra Tierra. Próxima d está acompañado por otros dos planetas más: Próxima b con una masa comparable a la de la Tierra y un año planetario de 11 días, y Próxima c en una órbita de casi 5 años.

Fuera de Órbita se ha puesto en contacto con la coautora del estudio e investigadora del CAB, CSIC-INTA, María Rosa Zapatero Osorio, para saber todos los detalles de la investigación y el descubrimiento de este nuevo planeta.

¿Qué significa el descubrimiento de este nuevo exoplaneta?

Desde el punto de vista científico, necesitamos conocer la arquitectura de los sistemas planetarios para investigar los procesos de formación y evolución de estos, incluido el Sistema Solar. Próxima es la estrella más cercana al Sol, por lo que en principio debería ser un objetivo fácil. Pero nunca es fácil descubrir nuevos planetas, ya que estos tienen señales que son más de mil veces más insignificantes que las de las estrellas. La proximidad de los planetas a sus estrellas, como es el caso de Próxima d, sigue siendo uno de los grandes enigmas en ciencia planetaria.

Desde el punto de vista tecnológico, este descubrimiento confirma que estamos en el camino correcto y que comprendemos lo que hay que hacer para construir los próximos instrumentos que sean capaces de descubrir planetas “gemelos” a la Tierra empleando la técnica de las velocidades Doppler.

¿Cómo ha sido el proceso de este descubrimiento?

En un primer trabajo liderado por Alejandro Suárez Mascareño, el equipo de investigación confirmó la presencia del planeta Próxima b, cuyo periodo orbital es de 11 días. Para ello empleamos el espectrógrafo ESPRESSO en los telescopios VLT, lo que llamamos la primera campaña de observación. En el proceso de análisis, se observó una señal más débil centrada en unos 5 días. Sospechábamos que podría tratarse de un planeta más en el sistema, pero en aquellos entonces no teníamos el número de datos suficiente para confirmar con certeza nuestra hipótesis de trabajo. Decidimos iniciar una segunda campaña de observación orientada a confirmar o refutar la señal de 5 días. Y confirmamos nuestra hipótesis que se publica en el trabajo liderado por João Faria: existe un planeta rocoso, al que hemos bautizado como Próxima d, con una masa la cuarta parte de la de la Tierra que da una vuelta completa a su estrella en apenas 5 días.

¿Qué instrumentos se han usado?

Para el descubrimiento de Próxima d hemos empleado ESPRESSO, el espectrógrafo del visible especialmente diseñado para “cazar” y caracterizar planetas extrasolares. Opera en el visible y tiene un poder resolutivo de 140000, entre los más potentes en la Astrofísica nocturna.

¿Qué caracteriza a este planeta?

Su masa muy pequeña, su proximidad a su estrella central, y, sobre todo, que está “aquí al lado”, en la estrella más cercana a nuestro Sol. Aprovecho para decir que, hoy en día, la comunidad científica tiene completamente aceptado que los planetas son la norma y no la excepción.

¿Podría haber condiciones de vida?

Aquí no tenemos ninguna evidencia científica por ahora. Próxima d tiene una temperatura de equilibrio unos 90 grados más alta que la de la Tierra, es decir, es un mundo muy caluroso. Pero si tuviera atmósfera, la situación podría cambiar por completo.

Todos estos descubrimientos que se están haciendo últimamente, ¿sienta las bases de nuevas investigaciones o la necesidad de nuevas misiones espaciales?

Todo nuevo descubrimiento sienta las bases para futuras investigaciones científicas, las cuales a su vez motivan el diseño y construcción de nuevos instrumentos tanto para superficie (Observatorios terrestres) como espaciales. Al espacio intentamos enviar misiones que completen lo que desde superficie no podemos hacer.

Leave a Reply