El pasado 19 de agosto, NASA publicó su primera lista oficial de objetivos para el alunizaje de las misiones Artemis. La NASA incluye 13 ubicaciones, todas a menos de 6 grados de latitud del polo sur, de unos 225 km2 cada una (15 x 15 km, un poco más pequeñas que la isla de El Hierro, con 10 500 habitantes, para que nos hagamos una idea de todo lo que cabe en cada una de estas zonitas). Dejando de lado la curiosidad de que sean 13 sitios, con la mala fama que tiene el número 13 en la sociedad occidental (y en concreto en temas lunares – Apolo 13 fue la única misión lunar tripulada que fue remotamente mal), la lista la verdad es que apenas es noticia. No hay una sola sorpresa entre los objetivos, los cuales están 100% alineados con el consenso científico y técnico de lugares interesantes en Luna ya establecido desde hace más de 10 años. No hay más que ver los estudios de 2012 para el alunizador de la ESA para ver que la lista de lugares interesantes no ha cambiado en 10 años. NASA incluye más sitios de los que ESA consideraba, pero al final es sencillo: queremos ir a las zonas de iluminación (casi) permanente, y queremos mantener contacto directo con Tierra en todo momento.

Dado que los criterios no han cambiado desde hace más de 10 años, es normal que tanto ESA en 2012 como NASA en 2022 hayan llegado a las mismas conclusiones. Me habría encantado ver en la lista algún sitio en el polo norte lunar (defendido por algunos autores como Dennis Wingo como un lugar mejor para aterrizar por su orografía más suave), pero las agencias espaciales (en concreto, NASA) están cayendo de nuevo en la trampa de la ISS: construyo unas capacidades limitadas para ahorrar presupuesto, y eso limita mis futuras posibilidades. En el caso de ISS fue lo siguiente: he construido una estación espacial para investigar la microgravedad, por tanto, todos mis esfuerzos deben estar en microgravedad y no dedico nada de tiempo a la gravedad artificial. En el caso de Luna, es más sencillo aún: estoy construyendo todo para servir el polo sur (Gateway, Lunar Pathfinder) ergo mis misiones deben ir al polo sur, sin más discusión. Vista la monotonía en la discusión sobre lugares interesantes, me atrevería incluso a hacer una predicción sobre el sitio que elegirán para Artemis 3, la primera misión de alunizaje: el llamado Connecting Ridge, que además de cumplir los requisitos básicos, tiene una zona amplia lejos de cráteres y tiene otras zonas de aterrizaje cerca para contingencias (en otras palabras: es el que menos riesgo tiene, que es lo que NASA quiere).

Y bien, si todo esto es así, ¿qué hay de interesante para merecer un artículo? Más allá del paso burocrático en el progreso del programa Artemis, la publicación de esta lista está cargada de simbolismo por todos sitios, al menos para los que nos pasamos la vida con la cabeza en Luna, como el que escribe.

En 2022, hace 50 años de nuestro último alunizaje tripulado. Cinco largas décadas que han visto una generación entera frustrada con el sector espacial: vieron gente en la luna con 10 años, y están a punto de jubilarse con 60 sin haber visto una sola persona más allí. No solo eso, sino que han visto por el camino varios programas espaciales cancelados: Apollo Applications Program, Space Exploration Initiative, y el Constellation Program. Todos prometían mucho, y todos fueron cancelados antes de conseguir nada. Esta vez, sin embargo, parece que está siendo distinto, por varias razones:

  1. NASA ha conseguido mantener el programa Artemis vivo a pesar de un cambio en la administración. Es la primera vez que ocurre algo así. No solo eso, sino que han demostrado tener una continuación de plan en su propia administración. La visión para Artemis (y el cómo ejecutarlo) que tiene Bill Nelson difiere poco de la que tenía Jim Bridenstine, apenas unas palabras (cambios como pasar de “primera mujer y próximo hombre en la Luna” a “primera mujer y primera persona de color en la Luna”).
  2. No solo eso, sino que NASA está consiguiendo presupuesto para el desarrollo de Artemis con apoyo de ambos partidos en el Congreso de EEUU. No están consiguiendo tanto como querrían para el alunizador tripulado, pero su presupuesto lleva creciendo de forma sostenida desde hace varios años.
  3. NASA está demostrando que sus programas comerciales están siendo todo un éxito. Desde Commercial Orbital Transportation Services, que ha dado origen al equivalente del BlaBlaCar para lanzamientos espaciales (el rideshare), hasta Commercial Crew y Commercial Lunar Payload Services. Las esperanzas para el Human Landing System, que sigue la misma filosofía, son altas en toda la industria.
  4. Aunque SLS sigue vivo (y el primer lanzamiento está planeado para dentro de 6 días, el 29 de agosto), NASA ha planificado los lugares de aterrizaje para Starship. Este cohete monstruoso de SpaceX no solo está avanzando su desarrollo a pasos agigantados, típico de SpaceX, sino que podría reemplazar SLS por completo, lo cual proporciona una redundancia al programa lunar que nunca se ha tenido (siempre ha habido un solo cohete).
  5. Finalmente, y quizás el más importante: el número de países adheridos a los Acuerdos Artemisa sigue creciendo (ya son 21 países). Pronto llegaremos al punto de presión internacional en que EEUU no puede permitirse cancelar su programa lunar sin sufrir una gran pérdida de reputación, más o menos como pasó con Apolo y con la ISS. 

En fin, la lista de razones para ser optimista sigue: número creciente de empresas e inversión lunares, una presencia creciente de otras agencias espaciales (Moonlight Initiative de ESA, por ejemplo), mayor competencia internacional (tensiones con Rusia y China) … Podríamos estar hablando de esto un par de horas. A estas alturas, parece que lo único que podría llegar a parar el retorno de la humanidad a Luna es una guerra mundial (y aún en este caso, habría varios argumentos de índole militar que apoyarían un retorno tripulado a Luna lo antes posible).

Parece que, esta vez sí, pronto veremos gente en Luna, y pronto tendremos gente de forma permanente allí. Hay aún mil cosas que pueden salir mal, pero cada anuncio de la NASA sobre su avance en esta dirección es un pasito más que se ha superado con éxito. Incluso los proyectos más grandes se hacen paso a paso, y cada paso, por pequeño que sea, es igual de crucial que todos los demás. Por eso publicar una mera lista de objetivos merece, aunque sea, un poco de celebración.

By Carlos Manuel Entrada Utrilla

Físico de formación, Carlos es un convencido defensor de una economía espacial sostenible como elemento esencial del desarrollo futuro de la humanidad. Carlos comenzó su carrera espacial como becario del Máster de la International Space University ISU Masters en la oficina del Space Portal de NASA Ames. Desde entonces, ha trabajado como consultor de estrategia de mercado para nuevas empresas en los mercados de servicios satelitales, lanzadores pequeños y telecomunicaciones LEO. Después de un año en McKinsey & Co. como consultor generalista, se unió a KLEO Connect GmbH en 2019 como Gerente de Estrategia Corporativa para desarrollar la estrategia de lanzamiento al mercado de la constelación de comunicaciones LEO de 300 satélites de la compañía. En 2020, Carlos fundó Plus Ultra Space Outposts, centrada en el despliegue y la gestión de infraestructura espacial que permitiera una economía lunar sostenible. Actualmente trabaja en Elecnor Deimos, trayendo sus productos al mercado comercial New Space. Carlos tiene un Máster en física de aceleradores de partículas de la Universidad de Hamburgo (2014) y un Máster en estudios espaciales de la International Space University (2016). Ha publicado varios artículos y contribuciones en libros (Planetary Defense, Springer) sobre el desarrollo de la economía espacial y la comercialización lunar. También está contribuyendHandbook for Lunar Base Design & Development (Springer) del Dr. Peter Eckart y el Dr. Andrew Aldrin, que se publicará en 2023.

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