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El turismo espacial ha llegado, por fin. Estamos viviendo los años más fructíferos en materia espacial. Misiones a planetas inexplorados, descubrimientos de exoplanetas y hasta un dron en Marte. Y, ahora, parece que ya nos ha llegado el momento a los humanos más normalitos de ir al espacio, eso sí, las condiciones son astronómicas. Blue Origin ofrece asientos por 28 millones de dólares y Virgin Galactic parece que ya arranca en serio con el turismo espacial tras más de 17 años vendiendo, literalmente, una idea que parece que ya se va a materializar. Pero ¿cuántas situaciones y barreras ha tenido que superar la empresa de Richard Branson? Hacemos un repaso a estos 17 años de Virgin Galactic.

Virgin Galactic fue fundada en 2004 por el multimillonario y carismático Richard Branson y su objetivo ha sido (y es) realizar vuelos orbitales con turistas. Desde su creación, la compañía se ha estado lucrando de unos viajes espaciales que aún no se han realizado. Sus idas y venidas en bolsa y su especulación con numerosos anuncios de lanzamientos, que se han ido retrasando en el tiempo por diversos problemas, han servido a Virgin Galactic para llenarse los bolsillos.

Una prueba de ello es que la empresa comenzó hace 17 años a vender los billetes al espacio por la friolera de 250.000 dólares por persona (unos 206.000 euros). De entrada, la compañía de Branson consiguió recaudar en sus primeros días unos 34 millones de euros en depósitos pagados por más de 330 personas deseosas de ser los primeros en disfrutar la experiencia. Unos años después, Virgin Galactic sigue recaudando dinero y la lista de espera ya asciende a los 700 pasajeros. Echad cuentas. Pero ¿qué es lo ha provocado el enorme retraso de estos viajes espaciales?

Una andadura de 17 años (de momento)

El primer vuelo operativo de la nave espacial SpaceShipTwo de Virgin Galactic se ha estado anunciando desde 2008, pero una serie de retrasos, fallas técnicas y algún trágico accidente han hecho que la fecha haya estado constantemente retrasándose. Este ritmo tan desesperanzador sólo ha hecho que las dudas se ciernen sobre la compañía y que se vean eclipsados por SpaceX y Blue Origin, que han hecho increíbles avances en la última década.

Virgin Galactic desarrolló el avión espacial SpaceShipTwo, un descendiente directo del SpaceShipOne, que ganó el premio Ansari X en 2004. El SpaceShipTwo es aproximadamente el doble del tamaño del SpaceShipOne y presenta un diseño más elegante que recuerda a un avión privado futurista, pero por lo demás las dos naves son notablemente similares.

Ambos son lanzados desde sus naves nodrizas y, al carecer de la velocidad necesaria para alcanzar la órbita, la nave se abre paso a través de una trayectoria balística suborbital con un apogeo de al menos 80 kilómetros, mientras los pasajeros experimentan alrededor de cuatro minutos de microgravedad.

La simplicidad de la reentrada emplumada es posiblemente lo que hizo que su confiabilidad lo hiciera muy adecuado para vuelos espaciales comerciales y para construir, por una vía rápida, la SpaceShipTwo para vuelos suborbitales.

En 2007, la tragedia golpeó por primera vez a Virgin Galactic. Mientras se probaba el nuevo sistema, un tanque presurizado con 4.500 kilogramos de óxido nitroso explotó y mató a tres empleados de Scaled Composites. Sin embargo, esto no acabaría ahí porque el diseño del motor de cohete híbrido continuó causando problemas al equipo durante años, aunque sin más pérdidas de vidas. A pesar de realizar varios vuelos utilizando este motor, en 2014 Virgin Galactic anunció que estaban desarrollando un nuevo motor que quemaría un combustible diferente. Esto requirió que se agregaran tanques de helio y metano a las alas de SpaceShipTwo.

El nuevo motor, que fue construido internamente en lugar de a través de un subcontratista, es capaz de generar 310 kN de empuje y es completamente reutilizable. Desafortunadamente, durante un vuelo de prueba el 31 de octubre de 2014, VSS Enterprise explotó en el desierto de Mojave solo unos segundos después del encendido del motor a una altitud de aproximadamente 15 kilómetros. El piloto pudo lanzarse en paracaídas a un lugar seguro y sobrevivió. Desafortunadamente, el copiloto murió en el accidente.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), concluyó que el piloto desbloqueó el mecanismo de desvanecimiento del vehículo mucho antes de lo indicado en la lista de verificación del vuelo.

Después de este accidente, Virgin Galactic realizó una serie de cambios en la unidad que estaba en construcción. Entre ellas, las principales fueron las medidas físicas y operativas para evitar que el mecanismo de la pluma se desbloquee o se despliegue prematuramente. La NTSB recomendó un entrenamiento más completo de la tripulación para situaciones de emergencia, especialmente en el uso del paracaídas automático y los sistemas de oxígeno suplementario, pero finalmente consideró que el diseño y la operación del vehículo eran satisfactorios.

En enero de 2020, la tercera y cuarta nave SpaceShipTwo todavía estaban en construcción, y la primera se acercaba al punto en el que la integración final y las pruebas en tierra podrían comenzar. Pero, debido a la pandemia de la Covid-19, el trabajo en estas naves se ha ralentizado considerablemente.

Virgin Galactic anunció en marzo de este año que estaban trabajando en una nueva clase de vehículo conocido como SpaceShip III. Con un tiempo de respuesta reducido entre vuelos y una flota de al menos cinco aviones espaciales, la compañía espera realizar eventualmente hasta 400 vuelos comerciales al año desde Spaceport America. Es un objetivo audaz, pero considerando que la compañía aún no ha transportado ni a un solo turista de pago después de más de una década de investigación y desarrollo, deberíamos tomarlo con bastante cautela.

Esperanza tras el primer vuelo exitoso

Ahora parece que el avión espacial suborbital de Branson finalmente podría comenzar a generar algunos ingresos para la empresa. Su reciente y exitoso vuelo de prueba representa un hito importante en el camino hacia el servicio comercial. El vuelo demostró que los cambios realizados en la Virgin Space Ship (VSS) Unity han sido acertados. Además, este vuelo le dio un respiro a Branson ya que Virgin Galactic registró un aumento en bolse del 21%.

Los datos recopilados de este vuelo que alcanzó una altitud de 89,23 kilómetros serán revisados a fondo por la Administración Federal de Aviación de EEUU como parte del proceso para obtener la licencia del vehículo para uso comercial.

 

El próximo vuelo contará con cuatro empleados de Virgin Galactic que se unirán a los pilotos para probar el rendimiento de la nave cuando esté cargada de pasajeros. El propio Branson viajará al borde del espacio en el último vuelo de prueba de Unity.

Si todo va según lo planeado, todo el proceso debería concluir antes de fin de año. En ese momento, entre los contratos gubernamentales que Virgin Galactic ha asegurado para probar equipos y entrenar astronautas en un entorno ingrávido, y la acumulación de más de 600 pasajeros que han pagado por un vuelo, la compañía debería generar millones de dólares en ingresos con cada vuelo.

 

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